Un prestigioso galeno del siglo XVIII advirtió que: “La pena que no se desahoga en lágrimas puede hacer llorar a otros órganos”. Por ello, nunca reprima los deseos de llorar. No tiene que avergonzarse por hacerlo. Existe el falso concepto de que llorar es malo, cuando en realidad es todo lo contrario ya que es un mecanismo natural del cuerpo para liberarse del dolor. Por esta razón, después que termine de llorar notará una agradable sensación de alivio. Dice unos proverbios que: “Las lágrimas derramadas son amargas, pero más amargas son las que no se derraman” y “Después que lloran, los ojos ven mejor”. Siempre que pueda llorar delante de alguien hágalo porque, espiritualmente hablando, reporta mucho más beneficios.
OCULTAR LAS EMOCIONES RESULTA CONTRAPRODUCENTE PARA LA SALUD YA QUE:
- En algún momento estallaremos (muchas veces de forma violenta e incluso por causas triviales).
- La mente capta esta actitud como una señal de peligro.
- Se acumulan sentimientos negativos.
- Se desarrolla un estado de ansiedad.
- Se sobrecarga la actividad mental subconsciente.
- Se tensan todos los músculos del cuerpo.