Es conocido que la música ejerce un efecto de piscoregulación que mejora el estado de ánimo eliminando las tensiones y la inquietud al estimular simultáneamente los dos hemisferios cerebrales. Sus efectos relajantes son verdaderamente incalculables. También se sabe que tiene una influencia muy importante en el intercambio de colesterina, la presión arterial, la tonificación muscular y nerviosa, etc.
Si no puede asistir a un centro de Musicoterapia o Audioanalgesia (curación mediante música o sonidos) escuche ritmos suaves y melodiosos prestando atención a la calidad del sonido. Los sonidos agradables contribuyen a armonizar las ondas del cerebro y hacen que el organismo produzca melatonina y dopamina. Estudios científicos han demostrado que las personas que son intervenidas quirúrgicamente mientras escuchan su música predilecta no sólo permanecen muy sedadas sino que requieren menos del 50% de la anestesia promedio que normalmente otras personas necesitan. Tenga siempre a su alcance y escuche el repertorio musical que más le agrade y si le es posible haga una compilación del mismo. Recomendamos escuchar a los siguientes intérpretes de la música instrumental:
• A. P. Mantovani, • André Kostelanetz, • Ernesto Lecuona, • Fausto Papetti, • Franck Pourcel, • Paul Adams, • Paul Mauriat, • Percy Faith, • Ray Conniff, • Raymond Lefevre, • Richard Clayderman y • Stanley Black.
Escuche música Clásica y música Gregoriana periódicamente. Ponga la música, la Radio y la Televisión en el menor volumen posible. Se recomienda tener un buen Sonajero en el hogar y/o escuchar sonidos rítmicos de campanas. Adquiera y escuche música con mensajes positivos subliminales. Mientras hace ejercicios es bueno que escuche música porque de esta forma se cansará menos al estar concentrado en su atención. Antes de ir a dormir es muy terapéutico escuchar canciones de cuna o sonidos relajantes (de la naturaleza, etc.).