Consejos sobre Risoterapia

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La Risoterapia no pretende estimular el intelecto sino que se enfoca fundamentalmente en que la risa brote como un producto netamente corporal. Esta maravillosa técnica recupera la sensación de alegría que experimentábamos mientras jugábamos sanamente cuando éramos niños y reíamos sólo por el mero placer de reír, esto es, reíamos incluso sin motivo alguno. Los juegos de risas infantiles así como sus dinámicas de grupo hacen que los adultos también se puedan beneficiar de las bondades terapéuticas de este importante privilegio humano.

 La Risoterapia utiliza además  las técnicas del psicodrama y la teatralización. Lo que se pretende es lograr una distanciación de los problemas. Las personas que asisten a estos talleres terapéuticos por lo general logran una empatía difícil de obtener en otras circunstancias. Y es que la risa tiene el poder de hermanar a los participantes al sincronizar armónicamente sus ondas cerebrales. Y esto último no es solamente una simple hipótesis sino algo que ha sido verificado mediante estudios encefalográficos.

 A los efectos de lograr  óptimos resultados en una sesión de Risoterapia se recomienda que la misma tenga una duración mínima de media hora, que se utilice ropa holgada (similar a la que nos ponemos para hacer ejercicios o practicar deportes) y  que los ejercicios se realicen con la mayor parte del cuerpo tendida en el piso.

 Aunque desde la primera sesión de Risoterapia ya se pueden apreciar beneficios de toda índole, no resulta suficiente asistir a una sola sino que se requiere un tratamiento a largo plazo para lograr óptimos resultados terapéuticos; de lo que se trata es de practicar, practicar y practicar, porque la práctica es el criterio de la verdad. Estamos ante un típico ejemplo donde se produce una relación directamente proporcional entre la acción y la reacción, así, mientras más nos reímos más beneficios recibimos, mientras más practicamos sus ejercicios más fácil resulta su ejecución  y mientras más nos familiarizamos con esta importantísima actividad más fácil resulta evocarla y mantenerla como estilo de vida.

 A los ejercicios más conocidos y que tipifican a la Risoterapia se les conoce con el nombre de Risa Fonadora; consisten en provocar con cada una de las vocales un tipo diferente de risa. Cada uno de ellos estimula positivamente a una parte específica del cuerpo. Aunque hacerlos es sumamente simple y divertido, está comprobado que son absolutamente beneficios. Por ello, le recomendamos hacerlos al menos una vez al día y especialmente antes de comenzar la jornada laboral.

 Ha sido demostrado que gracias a la risa los enfermos logran, literalmente hablando, olvidar sus padecimientos. Por esta importante razón cada vez se hace más frecuente la presencia de payasos en los hospitales para divertir a los pacientes y con ello lograr su más pronta recuperación a partir de que éstos asumen una actitud más positiva ante sus enfermedades y ante la vida en general.

 La Risoterapia se recomienda particularmente para tratar a aquellos pacientes que padecen bipolaridad, demencia así como enfermedades neurodegenerativas en general. Toda sesión de Risoterapia debe estar caracterizada por el respeto hacia todos los participantes en la misma.